domingo, 6 de abril de 2008

!!Abracadabra, pata de cabra!!


Supersticiones, ritos, conjuros, menjurjes varios... en fin, todas esas cosas que hace la gente para que se le cumplan sus sueños, deseos y sea feliz durante el resto de su vida. Y estoy casi segura que hasta el más incrédulo ha hecho alguna vez alguna de estas prácticas. Para adentrarnos en este mundo mágico de las supersticiones, vamos a hablar un poco de estas prácticas. Porque estoy segura de que muchos dirán que no son para nada supersticiosos y me gustaría desmontar esa teoría. Por ejemplo, estoy segura de que casi todo el mundo ha pedido una vez un deseo a una estrella fugaz. Este hecho es muy curioso porque bueno, raramente se ve pasar una estrella fugaz y su paso por el cielo apenas dura unas milésimas de segundo, por tanto tendríamos que estar todas las noches mirando al cielo con el deseo pensado para que podamos decirlo en cuanto la veamos. Pero bueno, pongámonos en situación que descubrimos una estrella fugaz con nuestro deseo previamente pensado, antes de que se nos escape pronunciamos algo como “quiero-que-me-toque-la-lotería-y-ser-rica-de-por vida”. Pues al acabar esa frase, la estrella fugaz se ha pirado, nos ha dejado colgados y está a años luz de nuestra galaxia.

Otros rituales muy curiosos son los que se hacen en fin de año. Hay mil y un inventos para entrar con buen pie en el año próximo, y cada cual tiene su estilo. Que si te lías un pañuelo en la cabeza, tiras un cubo de agua por la ventana, te comes las uvas a la pata coja… Por no hablar de la ropa interior roja, que cuidado que no se te olvide, porque todo el mundo te preguntará esa noche si te la has puesto, y como digas que no, te mirarán con lástima semejante como al que le faltan días para su sepelio.

También he querido rescatar del baúl de los recuerdos de mis años mozos los conjuros que hacían algunas revistas juveniles, ya que no tienen ningún desperdicio. Así que voy a decir un conjuro que le puede venir muy bien a más de una.

El asunto se llama “¿Cómo librarse de un ligue pesadito?” Pues bien, lo que tienes tienes que hacer es lo siguiente; tienes que ponerte justamente delante del plasta en cuestión (sin que él te vea) y dices en voz alta (sin que te oiga) la siguiente frase: ''tu amor por mi se marchitara y saldrá de mi vida y de mi corazón, déjame, y vete' La revista aconsejaba no equivocarse al decir la frase porque sino ocurriría el efecto contrario, no te librarías de esa persona nunca.


En fin, son muchas las supersticiones que se siguen practicando y con este ensayo El mentir de las estrellas de Rafael Rodríguez Vidal, descubriremos de forma exhaustiva y seria, el estudio que realiza el autor acerca del peso que ha tenido y tienen las supersticiones en nuestra forma de vida. Y también añade la probabilidad (y el error) de que se cumplan nuestros objetivos al realizar estas prácticas un tanto singulares.


Made in China


"101 inventos imbéciles, inutiles y japoneses" del autor Kenji Kawakami es el libro que recopila inventos creados a partir de un arte japonés conocido como chindogu cuya filosofía consiste en hacer difícil las tareas más fáciles, como por ejemplo aplicarse medicinas oculares con unas gafas de embudo para no derramar ni gota. Porque si nos creíamos que el invento japonés más inútil era el tamagotchi, esa la mascota deforme que te pedía comer y jugar con ella en horas de clase, estamos muy equivocados, y con este libro lo vamos a descubrir.

Entre estos inventos encontramos el protector dental, una dentadura postiza hecha de silicona y acero inoxidable que te colocas justo antes de las comidas. Los japoneses piden su sushi, lo comen con esta dentadura, y una vez que han terminado, pues se la quitan y al cajón, porque el final de este trasto es evitar lavarse los dientes. También encontramos la solución para quien le sudan mucho las manos: se trata de una barra de metal que tiene en su extremo una mano de silicona, y cuando llegue la hora de dar la mano para saludar, nuestra mano real la escondemos por debajo de la ropa y en realidad lo que estamos dando es esta mano de pega.

Con estos inventos, los ciclistas están de enhorabuena, puesto que ya no tendrán que levantar los brazos para señalar el giro que realizarán. Un invento para ellos son unos intermitentes que se ponen en las orejas y que permiten señalizar los giros sin levantar los brazos. Dependiendo de la dirección que tomemos, la oreja en cuestión se iluminará para avisar al resto de vehículos

Y si estamos hartos de gastarnos un pastón en teléfono, aquí llega el Teléfon-Pesa, un teléfono que lleva incorporada una pesa de considerable tamaño, por lo que debido al esfuerzo que tenemos que hacer para coger el auricular al final acabamos terminando la llamada antes de tiempo.


Y finalizamos con uno de los inventos que más me ha llamado la atención: se trata de una camiseta que en la parte de la espalda tiene unas casillas horizontales con letras y casillas verticales con números, como si fuera el juego de Hundir la Flota. Junto a esta camiseta nos dan una pequeña hoja con cuadrados que es igual a los cuadrados que lleva la espalda y lo que consiste es en señalar en nuestra hoja el punto exacto donde nos pica la espalda, entonces otra persona nos rasca sin posibilidad de error.


Y la lista sigue hasta 101 artilugios japoneses, para que todo no sea coser y cantar, y nos compliquemos un poco más la vida.